El laberinto de la creación
- Rebeca López
- 18 may 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 jun
Escribir para uno mismo. Para comprender, desnudarse y aprender.

Escrito para poner en forma de caracteres que se convierten en palabras, los mil y un sentimientos que me recorren el cuerpo, igual que a muchos supongo, los que nos enfrentamos a la creatividad como forma de vida.
19/4/21
¿Qué hacemos?, ¿qué pretendemos? Aquellos que sin brújula nos lanzamos al laberinto incierto de la creación, sin más sustento que la ilusión, la intuición, un lápiz como espada y una coreografía como defensa. La creación, ese arduo recorrido sin salida, cruel a la par que hermoso, jardín de los deseos como los colindantes de palacios, donde los nobles con risas alocadas jugaban achispados a buscar a las damas, que con cierto coqueteo sucumbían, a las necesidades más mundanas. Un laberinto que manos expertas de jardineros habían trabajado para el disfrute de frondosos rosales cuyo aroma embriagaba y cautivaba. Jardín de plata a la luz de la luna y de oro fundido cegador por las mañanas.
Recorrido de trampas ocultas por las bellezas más insospechadas que nos hacen caer al más oscuro de los hoyos. Laberinto de luces y sombras al que seguimos acudiendo hoy en día, igual que hicieron los que nos precedieron, y a pesar de sus riesgos, nos adentramos incautos e inconscientes, deseando oler por siempre rosas frescas.
¿Qué somos? Si no excursionistas por un camino eterno, en el que pretendemos dejar huellas con nombre y apellido. Difícil hazaña sin duda esta, la del caminante que ha de hacerse valer en el oscuro bosque, para con los años ser parte de la fauna y flora, ser reconocido y temido por criaturas como osos y lobos.
Emprendedor que busca enriquecer con su trabajo, rutina y esfuerzo en el bosque repleto de senderos en el que habita. Luchando solo con cada dificultad a su paso, flaqueando y hambriento, pero no cesando en su empeño, aunque su razón sepa que una vida dedicada a la creación, puede ser la más salvaje de todas. Donde encontrará tornados, lluvias torrenciales, cataratas, depredadores, pero a su vez laderas, oasis, jardines en flor, días de sol y el encuentro con la dicha.
La creación y su hija, la creatividad son como un río cuyos afluentes se bifurcan como tentáculos de tentaciones e ideas de toda índole que se deben reconciliar en un único mar.
La creatividad, de carácter, no siempre fácil, siempre dubitativa, cambiante, incesante, tediosa como exitosa, explosiva y rutinaria, amable y cruel, triste y feliz, conscientemente solitaria y rara vez jovial y social. Una lucha con batallas ganadas y otras perdidas. Derrota y éxito en el mismo camino que tiene una intención final: definirte, escribirte, describirte, abrirte, exponerte, mostrarte, desnudarte. Para que todos puedan ver, algunos valorar y pocos comprender. Donde todos los sentidos deben estar alerta porque de nada sirve ver sin mirar, pintar sin soñar, escribir sin pensar, hablar sin escuchar, escuchar sin sentir, leer sin entender, ilustrar sin contar, bailar sin expresar.
Porque en ese bosque no todo vale, la magia funciona si solo eres tú y tu esencia más pura. Pues todo lo demás está corrompido, dañado, desviado, alejándonos de nuestro camino. Ese que está marcado con una meta, en algún punto, con día y hora señalados.
Que a pesar de nuestras divagaciones debemos esforzarnos a encontrar. Ya que, aunque el camino sea eterno, nuestras vidas y conocimientos son como poco breves.
Pero, sin camino señalado, sin brújula que funcione, sin destino fijado, el creador puede divagar a sus anchas y contemplar la flor, la naturaleza, el azar, el viento meciendo los pétalos del rosal…
Gracias por leerlo.
Espero que os haya gustado.
Nos vemos en el siguiente.
Rebeca
Nota sobre este texto:
Lo redacté en hospital, mi padre había estado en la UCI un mes y medio, en mis visitas y largas estancias allí, teníamos tiempo para ver películas, conversar, leer, escribir, comer, dormir y cómo no trágicos momentos con doctores de todo tipo.
Me estaba sacando un máster, una de las asignaturas era escritura creativa, escribí este texto para presentarlo como una de las tareas asignadas.
Siempre me ha gustado escribir.
Combinar escritura con pintura me parece maravilloso, para poner en palabras, los sentimientos que los colores y escenas que evocan mis obras.
Siento que aquellos que nos dedicamos a crear, tenemos la profesión más injusta del sistema.
A veces escribo solo para mí, este texto lo hago público y lo expongo en abierto ahora, después de 5 años.
Comments